martes, septiembre 19, 2006

“No olvides cerrar los ojos, de lo contrario no verás nada”

Del prefacio del filme “Alicia” de Jan Švankmajer”.

Despertar en un sueño es un acontecimiento particular, aparecemos de la nada en situaciones que no tienen explicación, estamos allí y no importa el cómo ni el porqué. Sólo somos parte de ese algo que vivimos por un rato y lo vivimos sin cuestionarlo. Participamos de situaciones absurdas sin preocupación alguna.

Llevar esta sensación al cine es un asunto bastante complejo. Traducir a un lenguaje codificado algo que no se rige por norma alguna del entendimiento implica llevar al espectador a este espacio donde preguntarse qué sucede no sirve para nada.

Se trata entonces, de convencer al espectador para tirarlo de cabeza en una vorágine de sentidos dispersos probando de paso su capacidad de dejar la razón de lado y entrar en una situación netamente experiencial, donde el absurdo se apodera de la situación.

Checo y surrealista (con eso ya basta para decir que tiene buen currículo), Jan Švankmajer es uno de los cultores más fieles del absurdo y en su vasta filmografía no ha dejado de experimentar en ningún momento.


Animador, poeta, escultor, ilustrador y diseñador entre otras cosas, este realizador se ha distanciado de las formas tradicionales de hacer cine desarrollando un lenguaje único e influenciando a cineastas más conocidos como Terry Gillian, Tim Burton y los hermanos Quay.

Poseedor de una técnica privilegiada Švankmajer ha desarrollado la mayor parte de su trabajo a través de la animación cuadro a cuadro en 3d, conocida también como stop-motion, dando vida a objetos y muñecos los que son envueltos de personalidad a través del movimiento.

Trozos de carne, huesos, frascos, sillas, frutas, dibujos, plasticina, utensilios de cocina, arcilla. Todo le sirve a Švankmajer para la creación de atmósferas sutiles o desquiciantes, donde toda interpretación es posible gracias a su independencia estilística y su elevado sentido artístico, que se ve reflejado en una libertad creativa difícil de encontrar actualmente en el cine.

Entre los aspectos más relevantes de su cinematografía se encuentra la ausencia de diálogos hablados, principalmente en sus primeros cortometrajes, donde los objetos y personajes hablan a través de las acciones reforzadas generalmente por el sonido, aspecto en que Švankmajer pone especial cuidado. En este sentido es en “Dimensiones del Diálogo” (Moznosti dialogu, 1982), donde este elemento se desarrolla en plenitud al representar el diálogo constante de cabezas de diferentes características a través de objetos que salen de sus bocas y transformaciones morfológicas.

Si bien avanzando en su filmografía el surrealista checo ha incorporado diálogos hablados, siempre ha sido con subordinación a las acciones. Esto quizás a excepción de su penúltima película, “Pequeño Otik” (Otesanek, 2004), uno de sus cinco largometrajes, que él mismo considera como el más tradicional de sus trabajos, quizás justamente por el uso tradicional de los diálogos.

Otro elemento que Švankmajer ha perfeccionado de manera notable es la convivencia entre personajes animados y actores, en lo que ha experimentado desde sus inicios. Esto lo ha llevado por diferentes caminos llegando incluso a animar a los humanos con el mismo método que utiliza con los objetos, es decir, cuadro a cuadro.

La experimentación en esta área lo llevó a concebir varios trabajos interesantes como la serie “Comida” (Jídlo, 1992) y el cortometraje “The Flat” (1968), notable crónica del encierro en que los objetos se resisten a ser lo que son, desconcertando a un hombre que los quiere usar. Sin embargo la máxima expresión de esta técnica es alcanzada en uno de sus filmes más conocidos, su primer largometraje “Alicia” (Neco z Alenki, 1988), adaptación libre de la novela de Lewis Carrol “Alicia en el País de las Maravillas”.

En “Alicia”, la interacción entre la protagonista, interpretada por una pequeña niña, y los muñecos, nos lleva a través de varias aventuras distintas, en las que Alicia deambula. Entramos en sus sueños y no hay cronología válida, tampoco existe coherencia clara entre las reacciones de la protagonista y lo sucedido, lo cual recuerda la sensación a que me referí antes, no importa el cómo ni el porqué, Alicia está allí y no le sirve de nada saber qué sucede, solo es posible dejarse llevar.

La razón por la cual un cineasta de la categoría de Jan Švankmajer es desconocido para nosotros es un misterio, sobretodo pensando en que durante su trayectoria (que parte por los años sesenta) ha sido aclamado en diferentes instancias, siendo uno de los artistas europeos más reconocidos. El lugar que ocupa en la historia de la animación no es menor y ha realizado trabajos para cadenas internacionales de televisión como MTV y la BBC.

Sin duda un autor de estas características cuyos trabajos pueden ser considerados “de culto” merece ser conocido y reconocido, no sólo por los que se dejan atraer por las rarezas y las cintas difíciles, sino también, por públicos más amplios y diversos, ya que su obra es un llamado a cerrar los ojos para ver de otra manera.


Jan Svankmajer en Youtube:
Algunos cortometrajes del animador checo.

Jan Švankmajer Homepage: Sitio no oficial con algunos archivos Quicktime y reseñas de sus trabajos (en inglés).

Alchemist of Surreal:
Biofilmografía, poemas, esculturas y otros trabajos (en inglés).

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